El Puesto De Perro Caliente Valenciano...

-¡Se vende! Perro Caliente Con Cebolla, Con repollo, Con Maíz, Con Tocineta, Sin mostaza, con salsa tomate ¡COMO QUIERA!. Esa Soy yo, Andrea Vargas, Dueña y vendedora ambulante de un puesto de perros calientes y hamburguesas; Por las mañanas de empanadas y café oscuro que tanto le gusta a mi hermano Venezolano para activarse he ir a trabajar, en el mediodía este Humilde "Puestico" se convierte en ventas de almuerzos por encargo, y en las noches en una plaza para vender cerveza, ron, cigarrillos, diferentes tipos de drogas y cambio de artefactos electronicos, prendas de valor, entre otras cosas, por más de la maldita droga. Por supuesto que yo no atiendo este tipo de negocios sola, el presidente de esta pequeña empresa se llama Víctor Alfonso, nunca ha estudiado, toda su vida fue obrero en numerosas construcciones y para ese momento MI ESPOSO. Todo Marchaba genial, el negocio proliferaba, mi esposo le pagaba a los policías diariamente en las tardes para que no molestaran, íbamos subiendo de clase social de pobres, a menos pobres, los clientes, la mayoría eran obreros que conocía Victor y fue cuando nació mi hija "doble V" (w) como le decía su padre, (Victoria Vargas). A sus 3 años de edad solo escuchaba los gritos de una madre desesperada por salirse del mundo de la droga, Victor me gritaba, incluso llego a maltratarme he insultarme, mientras que "Doble V" observaba todo como una novela en carne viva, como una espectadora en primera fila. al cabo de pocos meses el negocio no era el mismo los policías (Policarabobos) nos allanaban diariamente incluso pasábamos sustos con compradores amotinados que nos amenazaban con LA MUERTE por que la droga que nos surtían no era de la misma calidad y el precio ascendía semanalmente para cubrir los gastos y poder sobrevivir. Ya no vendíamos igual y estábamos quedando en la calle prácticamente si no pagábamos el alquiler del apartamento, Víctor ENLOQUECÍA Y SE PASABA HORAS EN LA VENTANA PENSANDO RESPUESTAS A SU PROBLEMÁTICA, "Eso me aterrorizaba". A los dos días me encontraba vendiendo hamburguesas en el puesto, que en sus mejores tiempos nos mantenía, estaba recogiendo una servilleta del piso de concreto para echarla en la papelera y cuando me volteo para ver al otro lado estaba Víctor con lagrimas en los ojos, justo cuando pensaba preguntarle ¿Que sucedía?, saco de su cintura un ARMA DE FUEGO, y ME DISPARO EN EL ESTOMAGO, caí en el concreto inmóvil, asustada, IMPACTADA y pensando el mi pequeña "Doble V", en cuestión de segundos escuché una segunda detonación y ahí fue cuando el dolor asfixiante provoco que me desmallara, cuando reaccioné y abrí los ojos me encontraba en el hospital y me contaron lo ocurrido, me sacaron la bala, gracias a todos mis santos no fue nada grave y la enfermera me decía que me recuperaría en poco tiempo, mientras que Víctor, se había suicidado con un disparo en la cabeza, pensando que me había matado, con el propósito de salir de este infierno de deudas de la manera mas sencilla. Actualmente ya tengo 2 puestos de hamburguesas uno ubicado en Mañongo, Estado Carabobo y conservo el de toda la vida en el Centro de Valencia, dedicándome a darle a mi hija todo lo que nunca tuve yo a su edad.